Hablaremos de otro
gran referente del diseño en Barcelona, El hotel Mandarin Oriental, se encuentra
en el Paseo de Gracia; Patricia Urquiola es la responsable de este diseño, que
intenta reflejar con gran acierto el carácter abierto y Cosmopolita de esta
gran ciudad.
Patricia Urquiola, gran diseñadora de la que hablaremos de
ella y de sus diseños en próximas entradas; busca el equilibrio y la perfecta
limpieza de líneas, lo podemos ver ya según entramos en su fachada, destacando la simplicidad de sus líneas, del
que fue en sus años anteriores un banco.
Toda la decoración ha sido elegida cuidadosamente por
Patricia Urquiola, la decoración del techo, las hermosas alfombras tejidas a
mano, que recuerdan el encanto de los grandes hoteles clásicos; casi todos los
muebles son diseñados por ella o bien a elegido grandes piezas de diseño, los
espectaculares sillones de estilo escandinavo en el restaurante, el sofá del vestíbulo
adaptado de un Chester tradicional y la alfombra que recuerda a los clubes de
caballeros de hace años; a mi personalmente el mobiliario me parece único.
El hotel tiene 98 habitaciones todas ellas en colores claros,
crema y blancos, con un mobiliario de vanguardia junto con detalles orientales,
con pantallas y armarios inspirados en cajas chinas lacadas tradicionales y los
pisos de roble con grandes alfombras de tonos beige, aportando calidez,
destacan los baños, tienen todos unas grandes bañeras o cabinas de ducha.
Una impresionante rampa en el atrio atrae a los transeúntes hasta
su interior la sala de entrada donde se puede ver la gran cantidad de luz en los
salones.
Como destacable esta la sala blanca de gran luminosidad que
se filtra por una gran claraboya situada sobre el restaurante y el salón que se
encuentran en la planta baja; en el corazón del edificio se sitúa tal vez el
elemento de diseño más espectacular del hotel que es la rejilla metálica, que
se suspende sobre las mesas del restaurante, dando intimidad y un efecto de jardín
colgante.
El bar en el que
predominan las tonalidades de oro y ámbar y a destacar que cuenta con una caja
fuerte de acero del banco que anteriormente ocupaba el local, que ahora se
utiliza para adornar las paredes.
En el patio interior también conocido como el Jardín Mimosa,
realizado por el paisajista Bet Figueras, en colaboración con Patricia
Urquiola, es el resultado de una preciosa terraza con jardín que ha sido perfectamente integrado en la
estructura del edificio, las plantas al aire libre abundan y las sillas
espectaculares de cuerda especialmente diseñadas son un completo refugio
urbano.
Y para terminar más que relajados la zona de spa que sigue una
línea minimalista, acabados en madera oscura, techos negros, suelos blancos,
piedra y cortinas metálicas son los
materiales predominantes, tiene sus ocho salas de tratamientos, amplias y
confortables en las que vemos el contraste entre apliques sofisticados de época
y la simplicidad del espacio.
¿Qué os parece? otra pieza única del diseño.
¡Qué pasada!
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